Antes de meterme en el tema, advierto: todo lo que leerán más adelante es únicamente opinión, un análisis personal basado en lo que veo, leo y observo. No es la verdad absoluta, puede que ni siquiera sea la verdad, es sólo lo que yo creo. Habrá quien esté de acuerdo y quien no. En ambos casos, en los comentarios podríamos crear un debate sobre ello. Dicho esto, comencemos.
La crisis en España está haciendo estragos. Vaya novedad, dirán con razón. Una tasa de desempleo elevadísima, mejor no hablar del paro juvenil, recortes de sueldo, subidas de impuestos...Todo un drama. Pero, sin embargo, lo que se percibe en la calle no son tanto las dificultades de las familias para sobrevivir (enormes en muchísimos casos), si no la indignación contra el Gobierno en particular y contra la clase política en general.
No pasa una semana sin que se produzca una manifestación multitudinaria protestando contra el Gobierno y los políticos. Cada vez más multitudinarias, cada vez más temidas por los que mandan a juzgar por los despliegues policiales y su contundencia. Sin embargo, casi toda la clase política calla e ignora las protestas, y Rajoy y sus ministros se amparan en la "mayoría silenciosa", en la que engloban a todo aquel que no se manifiesta (tremendamente complicado y ventajista agrupar a todas las personas que no se manifiestan sin tener en cuenta los distintos motivos). Y buena parte de esa mayoría silenciosa da la razón al presidente apoyándole y cargando contra los manifestantes, acusándoles de extrema izquierda (como poco). Con Zapatero esto pasaba (a la inversa), y con Aznar, y con Gonzalez.
¿Adónde quiero ir a parar? A que España, desde dentro, tiene muy complicado poder salir pronto de la crisis, porque primero tendría que solucionar su crisis política y su crisis social, y ambas posibiidades son muy remotas. Lo explico:
- Crisis política: los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, se niegan constantemente a hacer unas reformas estructurales en el Estado vitales para poder acabar con el despilfarro económico (miles y miles de millones) que supone tener 17 CC.AA., cada una con sus propios parlamentos y senados, sus diputaciones, sus sistemas sanitarios, educativos y judiciales. También se niegan a recortar sus privilegios mientras recortan lo indecible a los ciudadanos mientras las políticas de crecimiento brillan por su ausencia.
- Crisis social: una de las más antiguas crisis del país. La sociedad se divide ideológicamente entre izquierda y derecha, y esos conceptos van asociados a las siglas PSOE y PP de manera casi invariable, el voto sólo se concibe a PP y PSOE (afortunadamente eso va cambiando). Si PP y PSOE se enfrentan por todo, la sociedad de izquierdas y la de derechas no van a ser menos. Lo que haga una, tendrá su respuesta y ataque en la otra. Es imposible conseguir ningún avance si una parte de la sociedad censura a la otra de manera contante y sistemática.
¿Qué solución podríamos buscar? Surgen varias, a cual más improbable. Una de ellas es que los cuidadanos de izquierdas y derechas, unidos y sin enfrentamientos,exijan cambios importantes en la política del país, de manera casi unánime, y el Gobierno que esté les atienda. Otra, que los ciudadanos, cansados de un PP y un PSOE conservadores de un sistema despilfarrador y corruptible, voten a otra fuerza política a la que den mayoría y que realice los cambios necesarios. Como ven, son opciones casi imposibles, tremendamente remotas pese al auge de algunos partidos y la proliferación de manifestaciones.
Si desde dentro las opciones de solucionar los problemas son tan remotas, sólo queda mirar hacia afuera. ¿Qué opciones tenemos de atajar la crisis desde fuera? Sólo una, y pasa por un rescate europeo que podría anunciarse este mes de octubre en la próxima cumbre de la UE. Es la opcion más probable, y seguramente la intervención pondría más dificultades a los ciudadanos para salir adelante, pero también provocaría (esa es la esperanza que se tiene), una reestructuración del Estado hacia otro modelo menos despilfarrador y corruptible. Un rescate sería duro sí, pero quizá la intervención de alguien externo sin los vicios que tenemos internamente terminara siendo positivo. La opción más probable es, a la vez, la más dura.
Sergio Martínez López, estudiante de Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos